La falta de pómulos puede deberse a un exceso de grasa en el carrillo (región geniana), a un escaso desarrollo de los huesos malares o a la caída de la grasa malar (ptosis). En el primer caso (paciente superior) la solución consiste en la retirada de la grasa (bola adiposa de Bichat), en la segunda situación colocaremos unas prótesis de silicona (paciente inferior).
La malarplastia consiste en el aumento de los pómulos mediante la introducción de material sintético (silicona sólida) a través de una incisión en el interior de la boca, o cuando se realiza una blefaroplastia, por la misma vía palpebral.
Las prótesis suele ser colocadas bajo anestesia local o local con sedación y en régimen ambulatorio. Normalmente provoca un edema acentuado que disminuye al cabo de ocho días y remite en unas tres semanas. también son frecuentes los rellenos dérmicos con hidroxiapatita cálcica y ácido hialurónico reticulado, con una duración de hasta 2 años. El resultado si se elige la prótesis de silicona es definitiva.
El post-operatorio no es doloroso. La mayoría de los pacientes describen alguna molestia o tirantez. Son molestias fácilmente controlables con los analgésicos habituales. Durante los primeros días se recomienda dieta blanda y aplicarse frío en la zona, para ayudar a se inflame lo menos posible. La incorporación a la vida social podrá realizarse a partir de la semana más o menos después de la intervención, dependiendo de la respuesta de cada paciente. Se debe evitar realizar actividad física durante 3/4 semanas.
Los pómulos ayudan a armonizar los rasgos faciales, a dulcificar la expresión y por lo tanto a rejuvenecerla. Son muy favorecedores y aportan sensualidad al rostro. Siempre buscando el equilibrio en su tamaño para armonizar el rostro y no para conseguir el efecto contrario.
